Barça, levántate y anda

La Liga es un título que siempre te da golpes. La cuestión es saber encajarlos y no recibirlos en exceso. Pasó, aunque no lo recordemos, en las dos Ligas de Rijkaard y vuelve a pasar en ésta. La derrota ante el Espanyol, aunque duela, no es dramática. Los campeones, también, crecen a base de errores. Y siete puntos siguen siendo muchos puntos. Ayer, el Barça se equivocó. Se equivocó Guardiola con el planteamiento, se equivocaron los jugadores con su actitud y se equivocó la afición por estar más pendiente del Espanyol que de su propio equipo. Para mi, Guardiola cometió tres errores. El primero con el once titular. Apostar por Touré y Keita cuando no tienes a Iniesta para ponerlo en el sitio de Henry fue un error. Y se agravó por la telaraña que planteó Pochettino en el centro del campo. No es casual que Racing, Getafe y Espanyol (los tres equipos que han puntuado en el Camp Nou) hayan apostado por un 1-4-1-4-1. Es decir, poblar el centro del campo. Los partidos se deciden en las áreas pero se dominan en el centro del campo. Y el Barça no lo dominó. Guardiola dejó a Xavi sólo en la creación confiando que recibiría el apoyo de los dos centrales. Pero poniendo a Touré y a Keita mandó al equipo a la guerra del Espanyol, la del músculo. El segundo error fue el de los cambios. Ayer le entró un ataque de «entrenadoritis». Hay que aplaudir su valentía innovadora pero cuando quieres hacer una genialidad y te sale una chapuza, tienes que comerte las críticas. Sacar a Samuel Eto’o ya me pareció mal. Pero poner a Gudjohnsen en lugar de Bojan y meter a Sergio de delantero centro fue una temeridad. Esta decisión abre tres dudas: una a Eto’o, es el pichichi y con 1-2 lo manda a la ducha; otra a Bojan, cuando le da bola marca goles pero en Liga no lo saca ni a patadas; y la última a Txiki, ¿acaso falta un delantero alto y rematador para este tipo de partidos y como no lo tiene puso a Sergio? El tercer error fue su actitud en los últimos minutos. Guardiola acabó pareciéndose más a Pep Plaza, su imitador en Crackòvia, que a él mismo. Los últimos minutos fueron cómicos y mareó a los jugadores. Insisto, no pasa nada. De todo se aprende y Guardiola es muy listo. Ya véis que no hablo del árbitro aunque, también, se equivocara. Delgado Ferreiro se vio desbordado. Pero el primer error fue del qué lo puso allí. Es demasiado peligroso poner a un árbitro que no lleva ni un año y medio en Primera a arbitrar este tipo de partidos. Pero no caeré en la tentación de hablar de «Villarato». Para eso están otros.