Nunca un aparato tan poco definido, del que no se conoce la forma ni la manera de funcionar exactas, había ejemplificado tanto la sensación de una afición. Fabián Ortiz sacó el concepto y su uso lo ha popularizado la afición culé. Ahora sí, ahora hay más cagómetro que nunca. Los oyentes siguen llamando o escribiendo a La Graderia para dar la Liga por perdida. No, por favor, no caigamos en la esquizofrenia. Como vaticinó Santi Giménez en la retransmisión, eso es lo que le pasó al equipo y el Atlético es el rey cuando los partidos viven en constantes estados de emoción alterados. La temporada, ahora, pide pausa. Pide calma. Como el juego del Barça. El equipo necesita el reloj de Xavi pero éste hace un mes que lo tiene parado. Los rivales se esfuerzan en taparlo y él no tiene ayudas. Esto obliga a una reinvención. Por suerte, el mejor cocinero del mundo, el de las croquetas, Andrés Iniesta, ya está listo. Se necesitan jugadores como él que, gracias o por culpa de las lesiones, no ha tenido tanto desgaste. Y hay que empezar a reconstruir el equipo por los cimientos. Este Barça fue brillante porque empezó siendo sólido atrás. Pero en los últimos partidos, el equipo se ha resquebrajado. Le llegan más y le meten más goles. Valdés debe hacer un reset porque está como un flan, a Márquez le falló la cabeza y le pesaron las piernas, Puyol ya no llega para estar noventa minutos tapando agujeros como un fontanero y a Alves parece que se le haya acabo la gasolina antes de llegar a la meta. Es el ejemplo de la sensación que transmite el equipo. El coche funcionó con un turbo pero se le acabó el combustible. El problema es que el calendario no permite muchas paradas para repostar. Hay que seguir. El equipo ha sabido remar con el viento a favor pero ahora tiene que muscular los brazos para hacerlo con el viento en contra. Como el libro de David Trueba, ahora, hay que saber perder. Y no sabe perder el que se resigna. Sabe perder el que aprende. De esta manera, se puede volver a ganar. Y yo sigo convencido de que este Barça ganará la Liga. Su apuesta por el fútbol es mucho más bonita que la del Madrid. Por mucho oficio que tengan ellos.
Sique Rodríguez Gairí 
Eso, el problema es que el calendario impide dar descansos. Alves pide a gritos una temporada en la nevera para cargar pilas, Messi no tiene la chispa habitual, Etoo ayer salió al campo como mi abuela, fundido. Si no tienes banquillo y juegas las 3 competiciones…
Xavi lleva más de un 1 mes en modo funcionario. Lo de este tio es peor. Ni mete la pierna, se esconde. Yo pondría a Iniesta en su puesto. Ahora quiero ver a Casper, el niño mimado de los periodistas. Ya no tiene excusas. Está más fresco que nadie y debe tirar del carro de una vez. Que se acaben las croquetas inutiles y los controles, le quiero marcando el tempo del partido, desequilibrando, dando pases de gol y, si no es mucho pedir, marcandolos.
Sique tengo miedo.
El término «cagómetro» siempre me ha parecido desagradable, pero cada vez menos. No sabía que era obra de Fabián Ortiz, debía haberlo patentado.
Creo que todos, o casi todos, tenemos un Fabián Ortiz dentro de nosotros que nos arrastra al abismo de los pensamientos oscuros y creencias en la derrota del Barça como remedio a todos los males.
Pero ahora es distinto, porque deportivamente (fútbol) el club va bien otra cosa es institucionalmente.
La clave es la semana de la Champions, espero que eliminemos al Mallorca. No sólo por pasar a la final, sino para que la cosa no pase a mayores y ganar confianza en liga y champions.
Gif del cagómetro:
