El cóctel Chigrinskiy

La broma la empezó a hacer Joan Laporta y ya se ha popularizado. El nombre de Chigrinskiy evoca a un combinado. Por eso, llegó a espetar que era muy importante traerle a Guardiola «un Chigrinskiy con hielo». La directiva entera entendía que el futbolista deseado por Guardiola tenía nombre de cóctel. Y no iban mal encaminados. El otro día, en la retransmisión de La Graderia, aprovechando que el Barça acababa de presentar a Chigrinskiy llamé a la mítica Coctelería Boades para pedirles que se inventaran un combinado con el nombre del nuevo futbolista del Barça. ¿Qué tenía que llevar el «Cóctel Chigrinskiy»? Eso se puso a pensar Jerónimo, que trabaja en el local desde los 14 años. Y ahora tiene unos cuantos más. Dimos vida al nuevo cóctel. El «Chigrinskiy» está hecho de vodka, zumo de limón, zumo de arándanos, gingerel, un par de rodajitas de pepino y todo servido en un vaso ancho con mucho hielo. ¿Por qué? Pues el vodka por la procedencia de Chigrinskiy. El zumo de limón y el de arándano porque le da un sabor especial y están de moda, sobre todo, el zumo de arándano. El gingerel porque lo suaviza y le da un toque dulzón. El pepino porque mantiene la sensación de bebida fresquita y el vaso grande con hielo porque Chigrinskiy es un hombre alto y fuerte. Esta es la explicación que me ha dado Jerónimo cuando hoy he ido a probar el cóctel. El diario As y Cuatro ya han hecho un reportaje de la nueva bebida. Y la gente ya lo ha pide en el bar, o sea, que el «Cóctel Chigrisnkiy» empieza a abrirse mercado. De hecho, ayer unos asturianos lo probaron e hicieron broma en el bar con el nombre ya que chigris significa bar en Asturias. Debe estar predestinado. El precio son siete euros y medio y, por lo que dicen, es ideal para tomarlo a media tarde. La coctelería Boades está en la calle Tallers, esquina con Las Ramblas. En pleno centro de Barcelona. El local es sencillo pero con historia. De hecho, en ese bar se pasaban horas y horas antiguos jugadores del Barça, como Kubala. Después hacían los partidos de sus vidas, como recuerda Jose Maluenda, propietario del local.